abril 17, 2010

CARTA A MAMÁ


CARTA A MAMÁ

- Mamá; quisiera decirte gracias por tanta cosas… por haberme procreado, cuidado, educado, y hasta por cada jalón de orejas que por mis travesuras muy bien merecí. Pese a lo poco que tuviste de esuela, me ayudaste siempre hasta en las tareas. Aquella noche contando frijolitos, las matemáticas nunca fueron nuestro fuerte, me reí tanto cuando nos pusieron ese cinco…

En la escuela me di cuenta que eras diferente, siempre estabas en las juntas aunque no entendieras nada, pedías a la maestra que escribiera como me había portado, y como podías, con tus letras y tu mala ortografía, le pedías que me cuidara y que me enseñara mucho. ¡Si que eras diferente! ¡Eras y eres la mejor!

A mi papá nunca lo conocí, pero no me hizo ninguna falta, solita me sacaste muy bien adelante ¡te admiro tanto! Cada vez que estuve enfermo, cada vez que estuve triste, y hasta cuando me enamoré, siempre estuviste ahí con migo, ¡y lo sigues estando!
Quisiera decirte gracias y mil gracias por tanto que te debo.

Te observo en este momento, mientras callada y sonriente te diviertes viendo como muevo mis labios como loco. ¡Te estoy leyendo estas palabras mamá, te estoy diciendo gracias!, ¡te estoy diciendo que te quiero!
Quisiera decirte gracias por tantas cosas, ¡Pero más quisiera que tus oídos funcionaran, y que pudieras escucharme!

Quisiera compartir mi mundo con tigo, mi música, el sonido de la lluvia, el canto de las aves, el sonido de las olas del mar. Quisiera regalarte mis oídos para que escucharas con ellos, quisiera que sintieras lo que siento al escuchar cada día, ¡que escucharas tanto el mundo como yo!, que supieras hablar, que pudieras cantarme, que pudiera escuchar de tu voz decir que me quieres mucho. Pero eso no es posible…

De nuevo tu gesto ahora indica una duda, ahora me preguntas con tus manos que por qué una lagrima Salió de mi ojo. Muevo mis manos como tú me enseñaste, buscando una respuesta.

¡Abrázame mamá, que ni mil palabras ni mil señas podrán decirte todo lo que te quiero!
Y aunque no me escuches, mientras te abrazo, déjame decirte al oído… GRACIAS.

Martín Rodríguez (México)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está muy bonita la carta, pero siempre deja un aire triste, al final, respecto a la sordera como una limitación. Ojalá haya una carta respuesta a "Mi hijo" que nos deje entrever el otro lado de la sordera, como diversidad, con naturalidad.

Isabel Aguilar.
Honduras

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